Mad world, mad world.

No sé qué hago intentando escribir, quiero escribir sobre pájaros, sobre plumas, reflejos, lagos, de realidades, de verdades, de conciencia, de viajes, volar, volar y volar muy alto, y no sé, no soy quien para escribir sobre eso... una pluma, a un ave nunca se le debe quitar las plumas, y cuando sólo le queda una, debe luchar por mantenerla. No sé qué quiero decir con eso, estoy loca, majareta, mal de la olla, escribo algo por escribir ¿o no? ¿qué hago? No lo sé. ¿Mi vida? Un descontrol. ¿Un descontrol? Pienso algo, digo lo contrario. Digo algo, no lo pienso. Quiero eso, no lo hago. No quiero eso, ¿y por qué lo hago? Me doy respuestas a cosas sin preguntas. No tengo preguntas, ni dudas, tengo todo claro ¿entonces por qué no lo tengo como el agua? ¿Tú me entiendes? ¿Cómo me vas a entender si no me entiendo ni yo misma? ¿Y cómo me vas a entender si no me lees? ¿Alguien me lee? Son letras, son interrogaciones, exclamaciones, ¿exclamaciones? No, ninguna. Mi vida ¿qué es mi vida? Tener una vida es sentirse viva ¿entonces por qué me siento muerta? ¿Algo no vá bien conmigo? ¿O soy yo la que no va bien? Preguntas, preguntas, ahora las tengo ¿las respondo? Que vá, demasiado absurdas. Vayamos con las respuestas, ¿vayamos? ¿Por qué hablo en plural? Loca, loca loca. Yo no busco respuestas, las tengo pero, y si las tengo ¿por qué no las digo? ¿y si no las digo es que no las tengo? ¿de verdad? ¿Qué es la verdad? ¿Lo que digo o lo que quieres escuchar? Pensar, pensar, ¿es muy complicado? Existo porque pienso, pero... Ya está, ya está. Las personas somos como el lienzo de futuros cuadros, y el papel de nuestros propios cuentos. Mi lienzo está en blanco y mi cuento tiene demasiado contexto.