“Me fuí a los bosques porque quería vivir sin prisas. Quería vivir intensamente y sacarle todo el jugo a la vida, para no descubrir en el momento de mi muerte que no había vivido.” (N. H. Kleinbaum, El club de los poetas muertos).Pero los cambios me aterran... hasta los cambios más pequeños y aparentemente insignificantes; como que nunca amanece dos días de la misma manera, y que un atardecer puede ser el fin de algunos acontecimientos ocurridos a lo largo de mí día.
Pero cada vez soy más consciente de que en esta vida nada es para siempre; que los cambios son inevitables; que en busca de la seguridad, y por temor a la pérdida, nos podemos aferrar a situaciones o a personas pero éste es un intento que a la larga siempre resulta fallido.
Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida, si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, si pierdes la alegría y el sentido del resto, etc.
Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando... y es que en muchas ocasiones, los cambios nos liberan de ataduras, evidentes unas veces, invisibles otras.
¿Y por qué tengo tanto miedo a esos cambios? Pues... ¿y si no sale bien? ¿Y si no sale como espero? ¿Y si lo que elijo no es lo correcto? ¿Y si no hay vuelta atrás? ¿Y si me arrepiento? Ya que yo no me quiero arrepentir de nada... ¿entonces qué hago? Si no se arriesga, no se gana.
Podemos dejar preguntas sin contestar siempre y cuando lo hemos intentado, pero si queremos que nuestra vida siga hacia delante y nunca para atrás, no debemos ir dejando “puertas abiertas” por si acaso, porque sino no conseguirás poder vivir lo de hoy con satisfacción.
¿Para qué vivo? Para soñar y hacer que se cumplan mis sueños. ¿Para qué tomar una desición si la puede tomar otro por mí? Porque entonces no es mí vida. ¿Y si nadie me apoya? Entonces es que no le importo. ¿Para qué esforzarme en pensar lo que pueda pasar? Para nada, porque pasará de todas formas, quiera o no. Sólo con cambios lograré cambiar mi destino. ¿Y si me esfuerzo todo lo que puedo pero de todas formas no consigo nada? Es entonces porque no lo quería de verdad...
Cambiar es dejar el pasado. Dejar ir, soltar, desprenderse. Recordar que ya no somos esos niños de 4 años que hacían cualquier cosa sin pensar en nada, ni en uno mismo ni en otro, ser salvajes, rebeldes, vivir sin normas y llorar cuando algo no nos gustaba.
En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente... El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú... así lo único que consigues es dañarte lentalmente, envenenarte y amargarte.
¿Necesidad de aclaraciones? ¿Palabras que no se dijeron? ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Ya no somos los mismos que fuimos hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni nosotros seremos los mismos, ni el entorno al que regresemos será igual, porque en la vida nada se queda quieto.
Al fin y al cabo, los cambios son las experiencias que la vida nos permite experimentar a lo largo de nuestro viaje, así es después de todo, sin esfuerzo y sin sueños no llegaremos a ninguna parte, y yo no soy de esas que se conforman con lo que tienen, la vida sigue su curso contigo o sin tí y es mejor agarrarse a ese tren y seguir disfrutando el viaje.
...
And admit that the waters around you have grown.
And accept it that soon you'll be drenched to the bone.
If your time to you is worth savin', then you better start swimmin' or you'll sink like a stone.
(Bob Dylan; "The times they are a changing")
No hay comentarios:
Publicar un comentario